VENUS EN LA SACRISTÍA o La forzada del ángel
Fecha: 10 Ene 2019
REFLEXIONES SOBRE EL TEXTO Y EL MONTAJE
Cuando estuvimos colaborando en el barrio de Vallecas de Madrid, tuvimos la suerte de conocer a varios curas de distintas generaciones, pero que les unía un estilo de la existencia dinamizador de las relaciones sociales y afectivas, en la calle y en el barrio.
Nos sorprendieron sus entregas, sus formas de relacionarse con la ciudadanía y con el mundo. Unos curas alejados de todo tipo de protocolo, ya fuera el litúrgico, ya fuera el jerárquico.
Sus asambleas y su relación con la gente están más cerca de unas dinámicas de grupo socio/terapéutico, con un verdadero deseo de solucionar situaciones, a veces, harto imposibles.
Curas que conocen y utilizan el lenguaje de la calle, con sus tacos, con sus cabreos y sus vulnerabilidades. Curas, que se permiten dudar, y lo que es peor (o mejor), mostrar esas dudas a los demás.
Estos curas y muchos más, creemos, que no son sospechosos de pederastia ni de corrupción, pero que, sin embargo, se disparan muchas veces contra ellos una munición que deberían apuntar a otras dianas, en vez de distraer a los feligreses de la pura y dura realidad, por un quítame esta u otra liturgia...
Ya son muchos los cristianos que piden una regeneración de los usos y abusos que, la propia institución, hace con sus fieles o con sus servidores. Ya son muchos los cristianos que piden una revisión en profundidad de la tan traída y llevada moralidad. La mayoría de los componentes de este grupo de teatro, que se considera agnóstico, y copiando las mismas respuestas que la directora de cine, Josefina Molina, respondió cuando le preguntaron que cómo, al no ser una cineasta religiosa, pudo crear la estupenda serie Teresa de Jesús, y bucear y entender la emblemática figura de la Santa, a lo que ella respondió: “Un agnóstico no es una piedra”.
En otro orden de cosas, en su momento, el presente proyecto que nos ocupa, no pudo ir más en consonancia con la prosémica teatral, ya que se representaba en locales parroquiales, haciendo su estreno en la Iglesia de San Ambrosio.
Porque, de alguna manera, nuestra función no deja de ser un homenaje a esos curas entregados y generosos con la sociedad más vulnerable, a esos curas que se encuentran ajenos a la vorágine de la corrupción que asola a casi todas nuestras instituciones.
A estos curas, como por ejemplo, el Padre Ángel, que lidera una asociación tan generosa, como eficaz, con los más desfavorecidos Mensajeros de la Paz o de Enrique Castro, que lleva años luchando frente a La Gran Batalla de la Exclusión Social.
Verdaderos operarios, verdaderos excavadores que extraen la pura esencia, de esa mina que debería ser, lo que se entiende por El Evangelio.
REPARTO
*Por orden de aparición
Juan: .................................................. Ernesto Ahijado
Fray Javier: .........................Alberto Jiménez Escalante
Pedro: ..................................... Fernando de las Heras
Vecina: ............................................. Merche Lagarejo
AUTOR/DIRECCIÓN: …......... Fernando de las Heras
DISEÑO GRÁFICO: ......................... Ernesto Ahijado
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