Exposición del 3 al 28 de febrero

Fecha: 28 Ene 2022

La Fundación Pablo Iglesias inaugura el próximo jueves 3 de febrero en la Escuela Julián Besteiro la exposición "LOS LEALES, 30 militares de la República" que se podrá visitar del 3 al 28 de febrero en horario de lunes a sábados de 9 al 19 horas.

La Fundación Pablo Iglesias, en colaboración con la Secretaría General de Política de Defensa del Ministerio de Defensa, ha producido la exposición en la que se presenta el recorrido personal de 30 militares profesionales que mantuvieron su compromiso de lealtad hacia la República, sufriendo las consecuencias: cárcel, ejecución o exilio. Todos ellos fueron expulsados del Ejército, cayendo en un  olvido que esta muestra pretende paliar.

Tal y como estaba previsto, la sublevación comenzó el 17 de julio de 1936 en el Protectorado Español de Marruecos. Al día siguiente, el general Francisco Franco volaba de incógnito desde Canarias a Tetuán para dirigir los movimientos de la pieza clave del pronunciamiento: el Ejército de África. Las horas y días siguientes fueron decisivos para el triunfo o fracaso del golpe. El plan diseñado por el General Mola se puso en marcha y la rebelión militar estalló simultáneamente en la Península. La mayor parte de la Guardia Civil apoyó el golpe y siguió las instrucciones reservadas dadas por Mola: abandonar las comandancias pequeñas y concentrarse en las capitales de provincia. Desconcertadas, las autoridades republicanas confiaron en poder mantener la situación con la Guardia de Asalto. Contaron además con una parte de la fuerza aérea que mantuvo los aeródromos en el entorno de Madrid, y con la Marina, que consiguió bloquear el Estrecho de Gibraltar, retrasando el trasvase de las tropas marroquíes de Franco a la Península. A pesar de todo, el 21 de julio, los militares sublevados controlaban ya una buena parte del territorio español: todo el protectorado de Marruecos, las islas Canarias y Baleares (a excepción de Menorca), una gran parte del oeste y centro peninsular (Navarra, Álava, Castilla y León, Galicia, la mitad de Aragón y Cáceres), y una parte menor del territorio andaluz, en torno a las ciudades de Cádiz, Sevilla, Córdoba y Granada. La sublevación no había triunfado en dos grandes zonas separadas entre sí: la zona centro-sur y este peninsular (Madrid, Badajoz, Castilla La-Mancha, Cataluña y todo el arco mediterráneo hasta Málaga), y la zona norte, una estrecha franja que iba del País Vasco a Asturias. La ventaja más importante que tenían los militares sublevados, sin embargo, era el apoyo que le brindaban las fuerzas armadas de la Península. Un apoyo que fue mayoritario pero no tan homogéneo y absoluto como a veces se da por hecho. Las jefaturas de Estado Mayor de las Divisiones Orgánicas no tuvieron una fuerte implicación en la conspiración y la sublevación. De los nueve jefes divisionarios sólo cuatro participaron en la conspiración (ninguno en Marruecos), seis se sublevaron pero tres se opusieron. El 29 % de la oficialidad en activo no se sublevó, frente a un 36% que sí lo hizo. La diferencia la marcó el 35% restante que abandonó la zona republicana. Esto significó un desequilibrio de más de tres a uno en cuadros de Estado Mayor en el territorio franquista, factor clave de su superioridad militar a lo largo de la guerra. Los militares que se mantuvieron en su posición anterior al golpe, sufrieron las consecuencias directas: algunos fueron juzgados y ejecutados. Otros fueron encarcelados o se marcharon al exilio al término de la guerra. Todos ellos, a pesar de su brillante trayectoria profesional, fueron expulsados del Ejército. Víctimas de la guerra y de la dictadura, cayeron en un olvido que esta exposición trata de paliar a través de 30 trayectorias representativas de todo un conjunto generacional.

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Prensa: El Obrero

Fuente: EJB